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    MADRID, 2 (EUROPA PRESS) La doctora Alicia Comunión ha avisado, durante el 44 Congreso Nacional de Dermatología y Venereología, que la ‘Chlamydia trachomatis’, la infección de transmisión sexual bacteriana más frecuente, puede producir “importantes complicaciones” si no se diagnostica y se trata pronto. “Es la infección de transmisión sexual bacteriana más frecuente. Es asintomática en 2/3 de los casos y afecta a mujeres muy jóvenes de 19 a 25 años y, de hecho, es una enfermedad de declaración obligatoria desde marzo de 2015, en España”, ha explicado. Por otra parte, la dermatóloga Teresa Puerta ha enfatizado que cuando se trata en las enfermedades de transmisión sexual hay que tener en cuenta la identificación de nuevos patógenos como causa de estas infecciones. “Es el caso del ‘Mycoplasma genitalium’, que es un microorganismo productor de infecciones de transmisión sexual, de reciente descripción y muy infra diagnosticado”, ha apostillado. Así, ha matizado que en el hombre causa del 15 al 20 por ciento de las uretritis no gonocócicas, tanto agudas como crónicas. En cambio, en la mujer su patogenicidad esta menos establecida, aunque muchos estudios sugieren una estrecha asociación con cervicitis, endometritis y enfermedad pélvica inflamatoria. Además, ha explicado que se diagnostica mediante pruebas moleculares, principalmente de ampliación de ácidos nucleicos. En este sentido, ha avisado de que un problema importante es que desarrolla resistencias a los antimicrobianos con “gran facilidad”. Del mismo modo, la doctora Rosa María Díaz ha hecho mención a la venerofobia, que trata del miedo del paciente a tener una enfermedad venérea sin padecerla y el paciente suele consultar a varios dermatólogos, siendo frecuente que se someta a múltiples pruebas complementarias. LESIONES PIGMENTADAS EN LA INFANCIA Por otra parte, durante el encuentro se han destacado las lesiones pigmentadas como contenido. “Son muy frecuentes en la infancia, especialmente los nevus melanocíticos. Y, aunque solo un uno por ciento de los recién nacidos tienen una, durante el primer año de vida la práctica totalidad de los niños las adquieren. Debemos diferenciar los nevus melanocíticos de otro tipo de lesiones pigmentadas que pueden tener otra etiología y que precisan también de un diagnóstico diferencial”, ha señalado la doctora Puig. Y es que, prosigue, se adquieren muchos nevus durante la infancia y la gran mayoría son absolutamente benignos. Por ello, ha subrayado la importancia de su diagnóstico correcto clínico por dermatoscopia o con otras técnicas de imagen, si bien ha reconocido que es necesaria la extirpación de la mayoría de lesiones melanocíticas en los niños. “Se ha producido un cambio radical en este ámbito porque se estaban extirpando innecesariamente miles de lesiones benignas en niños por la muy baja incidencia de melanoma en la infancia. Pero sí hay que saber que el melanoma también existe y hay que ser capaz de diagnosticarlo. Otro aspecto a tener en cuenta es la diferencia entre niño y adolescente porque, en este último, las lesiones melanocíticas deben considerarse igual que en el adulto, ya que el melanoma comienza a tener una cierta incidencia”, ha enfatizado.

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