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    MADRID, 10 (EUROPA PRESS) La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incorporado tres nuevos antifúngicos (itraconazol, voriconazo, y natamicina) a su listado de medicamentos esenciales dada su gran importancia terapéutica, a raíz de la petición del Instituto de Salud Carlos III y otros grupos investigadores internacionales. Hasta ahora, la lista de medicamentos esenciales de este organismo de Naciones Unidas no incluía ningún antifúngico para tratar la queratitis por hongos. En la solicitud, que se inició a finales del pasado año, también han participado el Fondo de Acción Global para las Infecciones Fúngicas (GAFFI, en sus siglas en inglés), la Fundación Internacional de Dermatología, la Escuela de Higiene y de Medicina Tropical de Londres y la Universidad de Manchester (Reino Unido). Los tres fármacos –itraconazol en cápsulas y suspensión oral, voriconazol en cápsulas y solución intravenosa, y natamicina en gotas al 5 por ciento– entran a formar parte de una lista que viene elaborándose desde 1977 y que incluye aquellos fármacos considerados imprescindibles para cubrir las necesidades de atención sanitaria terapéutica prioritaria. El objetivo de esta lista es que los medicamentos incluidos en la misma estén disponibles globalmente a un precio asequible, a las dosis y formulaciones adecuadas y con una calidad garantizada. Cada dos años, la OMS convoca a un comité de expertos para revisar y actualizar la lista de medicamentos esenciales que actúa de modelo para las respectivas listas de los países miembros. “A pesar de que en las naciones desarrolladas estos antifúngicos se usan rutinariamente hace más de 25 años, un estudio realizado por GAFFI demuestra su inexistencia en muchos países”, ha destacado Ana Alastruey-Izquierdo del Servicio de Micología del Carlos III que elaboró el documento. MAS DE 300 MILLONES DE AFECTADOS En la actualidad, más de 300 millones de personas de todas las edades sufren una infección fúngica grave lo que ocasiona más de 1,6 millones de muertes anuales. Muchas de ellas serían evitables con un diagnóstico y tratamiento adecuado. Las infecciones fúngicas están “ocultas” ya que son consecuencia de otros problemas de salud como el asma, el sida, el cáncer, los trasplantes de órganos o la administración de corticosteroides. Para el diagnóstico de estas infecciones hay que utilizar técnicas complejas, y, a menudo, el retraso o la ausencia de las mismas conlleva la muerte del paciente, o una enfermedad crónica grave como la ceguera. Y estos tres antifúngicos, según el Carlos III, son baratos y esenciales para reducir las muertes y la ceguera que causan las infecciones para las que están indicados. “Es un paso clave para disminuir la elevada mortalidad que causan las enfermedades fúngicas. Estamos satisfechos de que nuestra campaña haya obtenido el reconocimiento de la OMS. Ahora, nuestro reto es conseguir que estos medicamentos lleguen a todos los enfermos que los necesitan”, ha añadido la investigadora del Carlos III.

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