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    MADRID, 20 (EUROPA PRESS) Tener sueño no reparador y excesiva somnolencia o cansancio durante el día puede alertar de la presencia del síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS), según ha informado la coordinadora del Grupo de Trabajo de Sueño y Ventilación de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (NEUMOMADRID), Mª Fernanda Troncoso Acevedo, con motivo de la celebración del Día Nacional de la Apnea del Sueño. Este síndrome se refiere a la presencia de ronquidos fuertes con pausas al respirar cuando estamos dormidos, cuyas consecuencias se manifiestan tanto en la noche como en el día. “Una persona que ronca más del 10-20 por ciento del tiempo nocturno estudiado o más de tres o cuatro noches por semana debería clasificarse como roncador habitual. Se recomienda estudiar y tratar a estos pacientes roncadores si presentan interrupción del sueño nocturno, apneas observadas por el compañero de cama o familiares, sueño no reparador y excesiva somnolencia durante el día”, ha explicado. Los especialistas hablan de excesiva somnolencia diurna o hipersomnia cuando existe la tendencia a dormirse involuntariamente ante situaciones inapropiadas. “Cuando la somnolencia, abotargamiento o cansancio inexplicable interrumpe las actividades de la vida diaria o si se tiene riesgo vital, como sustos conduciendo o accidentes de tráfico, se considera patológico y es necesario hacer una prueba de sueño”, ha apostillado. Así, prosigue, aunque la somnolencia está sujeta a variaciones culturales, de edad y sexo, ante este síntoma siempre es importante comprobar que exista un horario regular de sueño con horas suficientes que asegure el descanso y descartar otras enfermedades concomitantes como trastornos del ánimo, drogodependencias, enfermedades crónicas, alteraciones del ritmo de sueño-vigilia o síndrome de piernas inquietas, entre otras, así como el uso de fármacos sedantes. AVANCES EN EL DIAGNOSTICO Y EN EL TRATAMIENTO DEL SAHS Actualmente, para el diagnóstico de la apnea del sueño existen equipos sencillos y simplificados, colocados por los mismos pacientes en su domicilio, que constan de pocos cables o sensores y que llegan al diagnóstico certero sin alterar la rutina nocturna de la persona. En este sentido, la experta ha informado de que el tratamiento con CPAP (presión positiva continua en la vía aérea) sigue siendo el tratamiento más eficaz, coste-efectivo y de elección para muchos pacientes. “No obstante, la epidemia de obesidad ha hecho que la apnea del sueño sea aún más prevalente y que la pérdida de peso de forma importante puede influir en el mejor control de los síntomas e, incluso, llegar a controlar la enfermedad”, ha detallado, para comentar que la cirugía bariátrica dirigida a curar las consecuencias de la obesidad como la diabetes, la hipertensión arterial de mal control y la apnea del sueño es una alternativa en casos de obesidad mórbida. Ahora bien, si el paciente tiene el peso relativamente controlado o es intolerante a la CPAP, existen alternativas como el dispositivo de avance mandibular y técnicas quirúrgicas a nivel otorrinolaringológico y/o maxilofacial.

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