¿QUÉ ES?

La enfermedad celíaca es enfermedad de origen autoinmune y componente hereditario en la que se produce un daño en la mucosa intestinal derivado de la ingesta de gluten. El gluten es una fracción protéica que se encuentra en trigo, cebada, centeno y derivados híbridos  como el triticale. La avena, aunque suele incluirse entre éstos, no contiene proteínas del gluten pero desencadena en algunos casos respuesta inmune cruzada.

Se presenta en individuos genéticamente predispuestos, y se caracteriza por una reacción inflamatoria, de tipo autoinmune, en la mucosa del intestino delgado, lo que ocasiona el acortamiento de las vellosidades intestinales y, como consecuencia clínica, dificultad en la absorción de macro y micronutrientes (paso a la sangre desde el intestino).

Dra. Mileidis San Juan Acosta

Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo.

Hospital Gregorio Marañon (Madrid).

¿CUÁL ES LA CAUSA DE LA INTOLERANCIA AL GLUTEN?

La causa por la que se produce la intolerancia al gluten es desconocida. Cuando las personas con celiaquía consumen alimentos con gluten, su sistema inmune (defensas) reacciona contra las vellosidades del intestino porque lo reconoce como “extraño”, lo que explica los síntomas digestivos de mala absorción de nutrientes en estos pacientes.

 

Dra. Mileidis San Juan Acosta

Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo.

Hospital Gregorio Marañon (Madrid).

SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD CELÍACA

Aunque clásicamente la enfermedad celíaca era una enfermedad diagnosticada en niños, ahora se presenta más a menudo en edades más tardías, entre los 10 y los 40 años. Además, la imagen típica del niño con dolor abdominal y diarrea se ha sustituido por síntomas más atípicos e inespecíficos en adultos. Esto podría deberse a períodos más largos de lactancia y el retraso en la introducción del gluten en la dieta de los niños.

SÍNTOMAS GASTROINTESTINALES

Los pacientes pueden presentar síntomas clásicos, incluyendo diarrea con heces voluminosas, malolientes acompañadas de abundante gas producida por la malabsorción de las grasas. Como consecuencia de esta malabsorción también se produce retraso en el crecimiento en niños, pérdida de peso, anemia, alteraciones neurológicas por déficit de vitaminas del grupo B, y osteopenia (debilidad de los huesos) por déficit de vitamina D y calcio.

Sin embargo, cada vez es más frecuente el diagnóstico en pacientes con síntomas atípicos o asintomáticos.

SÍNTOMAS INESPECÍFICOS

Existen otros síntomas, más inespecíficos y moderados, que pueden deberse a enfermedad celíaca, tal como cansancio, hierro bajo en sangre, elevación de transaminasas (marcador en sangre de inflamación hepática), o incluso podrían no presentar ningún síntoma. Estos pacientes sin ningún síntoma pueden ser diagnosticados mediante programas de cribado o durante una gastroscopia realizada por otro motivo.

La importancia de diagnosticar estos pacientes que no presentan síntomas son:

–          El riesgo de desarrollar neoplasias (este riesgo se iguala al de la población no celíaca al realizar correctamente una dieta sin gluten).

–          La presencia de déficits nutricionales.

–          La asociación con recién nacidos de bajo peso en mujeres afectadas.

–          La asociación con otras enfermedades autoinmunes como la diabetes mellitus tipo 1 o la tiroiditis autoinmune.

Otros síntomas posibles son: dolor abdominal recurrente, cambios de humor, aftas orales recurrentes, falta de apetito, diarrea recurrente, estatura baja, hinchazón abdominal, estreñimiento, retraso en la pubertad e hipoalbuminemia (niveles bajos en sangre de albúmina, proteína sintetizada por el hígado).

SÍNTOMAS EXTRAINTESTINALES

–          Trastornos neuropsiquiátricos: algunos de los posibles síntomas que pueden desarrollarse en celíacos son dolor de cabeza, neuropatía periférica (quemazón, hormigueo o sensación de dormido en manos y pies), ataxia (alteración en la forma de caminar), depresión, ansiedad y epilepsia.

–          Artritis.

–          Déficit de hierro en sangre con o sin anemia.

–          Enfermedades metabólicas de los huesos: osteopenia y osteoporosis. Son muy frecuentes en las personas celíacas, incluso aunque no tengan síntomas gastrointestinales. Cuanto mayor es el déficit de mineralización del hueso, mayor es el riesgo de fractura.

–          Hipoesplenismo (baja función protectora del bazo): se puede recomendar vacunar a los pacientes frente el neumococo.

–          Enfermedad del riñón: depósito del IgA glomerular, aunque no suele producir síntomas ni alteración de la función del riñón.

–          Hemosiderosis pulmonar idiopática: remite con dieta sin gluten.

 

Además del material en esta página, te invitamos a consultar Mes Saludigestivo Enfermedad Celíaca.

 

Dra. Susana Jiménez Contreras

Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo.

Xanit Internacional Hospital (Benalmádena, Málaga)

Adobe_PDF_file_icon_32x32Sintomas de la enfermedad celíaca

DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD CELÍACA

Generalmente para diagnosticar una enfermedad celíaca debe existir una sospecha clínica previa, ya sea por la presencia de síntomas o por una historia familiar compatible.

Cuando se manifiestan los síntomas, ¿qué pruebas diagnósticas se realizan?

A un paciente con sospecha de enfermedad celíaca se le realiza una analítica de sangre que incluye una serie de anticuerpos: antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa. En casos en los que interese descartar dicha enfermedad, se suelen solicitar los anticuerpos antitransglutaminasa.

Si los anticuerpos son positivos, el siguiente paso es realizar una gastroscopia con el fin de ver el duodeno y tomar biopsias para analizarlas posteriormente. Puede ser que en casos en los que la sospecha de enfermedad celíaca sea muy alta se solicite una gastroscopia a pesar de tener anticuerpos negativos.

En caso de tener un familiar con enfermedad celíaca ¿qué se debe hacer?

En la enfermedad celíaca existe una predisposición genética a padecerla. Por este motivo, cuando se diagnostica a un paciente de enfermedad celíaca se deben estudiar también a sus familiares de primer grado (padres, hermanos o hijos).

Los marcadores genéticos asociados a la enfermedad celíaca son el HLA DQ2 y DQ8.

 

 

Dra. Cristina Carretero Ribón

Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo.

Clínica Universitaria de Navarra.

Adobe_PDF_file_icon_32x32 Diagnóstico enfermedad celíaca

Tratamiento de la Enfermedad Celíaca

La enfermedad celíaca es una intolerancia a las proteínas del gluten que se encuentra en trigo, cebada, centeno y derivados híbridos, como el triticale. El tratamiento más importante, y único de momento, es la exclusión de la dieta de estos cereales y todos los alimentos que puedan contener partes de ello o productos derivados.

En cuanto a la avena, aunque no está claro que provoque el mismo daño que los otros cereales, en la mayoría de las guías se excluye de la dieta dado que es muy difícil que no esté contaminada con el resto de cereales. Teóricamente se puede consumir si se asegura que no está contaminada. No obstante, hay un pequeño porcentaje de pacientes que son intolerantes a la avena, aunque ésta sea pura

CAMBIOS EN LA DIETA

Como se trata de un trastorno permanente, la retirada de la dieta de estos productos debe ser continua durante toda la vida y debe ser lo mas estricta posible. La ingestión de pequeñas cantidades de gluten puede producir lesión de las vellosidades intestinales, aunque no siempre estas lesiones tienen por qué ir acompañadas de síntomas clínicos. Esto conlleva una menor absorción de ciertos nutrientes con riesgo de osteroporosis y mayor riesgo de desarrollar linfoma intestinal.

La restricción de gluten de la dieta puede resultar complicada y socialmente limitante por la cantidad de alimentos cotidianos que lo contienen, pero es muy importante entender la trascendencia de su consumo, aunque se tengan pocos síntomas.

Al principio del tratamiento es aconsejable recibir consejo dietético por especialista en nutrición para evitar déficit nutricionales, al igual que se recomienda vigilar la adecuada ingesta de fibra en la dieta.

De igual modo, se aconseja que los pacientes se afilien a las asociaciones de enfermos celíacos donde probablemente van a recibir la información más practica para la vida diaria, ya que se encargan de distribuir la “Lista de Alimentos aptos para Celíacos” que elabora y actualiza FACE (Federación de Asociaciones de Celíacos de España).

La exclusión completa del gluten de la dieta es prácticamente imposible, pero en los estudios clínicos parece que cantidades menores de 20 ppm (20 mg de gluten por kilogramo de alimento) son toleradas sin producir daño, por eso en 2012 la Unión Europea emitió la nueva normativa sobre el etiquetado, de modo que los alimentos que contengan menos de 20 ppm pueden ser etiquetados con la leyenda “sin gluten”.

El celíaco puede tomar todo tipo de alimentos que no contienen gluten en su origen: carnes, pescados, huevos, leche, cereales sin gluten (arroz y maíz), legumbres, tubérculos, frutas, verduras, hortalizas, grasa comestibles y azúcar. El consumo de productos manufacturados conlleva asumir riesgos potenciales.

Recientemente se ha modificado la legislación vigente de manera que es obligatorio especificar el origen botánico de las harinas, almidones, féculas, sémolas y cualquier otro derivado de los cereales trigo, avena, centeno y triticale utilizados. No obstante, es conveniente leer siempre la etiqueta del producto que se compra, aunque siempre sea el mismo.

Al adquirir productos elaborados y/o envasados, debe comprobarse siempre la relación de ingredientes que figura en la etiqueta. Si en dicha relación aparece cualquier término de los que se citan a continuación, sin indicar la planta de procedencia, debe rechazarse el producto: gluten, cereales, harina, almidones modificados (E-1404, E-1410, E-1412, E-1413, E-1414, E-1420, E-1422, E1440, E-1442, E-1450), amiláceos, fécula, fibra, espesantes, sémola, hidrolizado de proteína, proteína vegetal, malta, extracto de malta, levadura, extracto de levadura, especias y aromas.

Como norma general, deben eliminarse de la dieta todos los productos a granel, los elaborados artesanalmente y los que no estén etiquetados, donde no se pueda comprobar el listado de ingredientes.

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

Se ha de tener precaución con la manipulación de alimentos, en bares, restaurantes y comedores. Por ejemplo:

–          Tortillas de patata que puede llevar levadura

–          Patatas fritas hechas en freidoras que se utilizan también para freír croquetas o empanadillas.

–          Salsas ligadas con harina, rebozados, purés o cremas de verdura naturales a los que se añaden “picatostes” de pan de trigo, etc.

–          Igualmente en comedores escolares (ej.: si un primer plato consiste en cocido de alubias con embutido, no vale retirar el embutido y servir la alubia al celíaco, porque si el embutido lleva gluten quedará en la salsa).

–          Aconsejamos consultar la forma de elaboración e ingredientes en cada plato antes de consumirlos.

Debemos evitar freír alimentos sin gluten en aceites donde previamente se hayan frito productos con gluten.

Se aconseja tener precaución con las harinas de maíz, arroz, etc. de venta en panaderías o supermercados sin certificar la ausencia de gluten. Pueden estar contaminadas si su molienda se ha realizado en molinos que también muelen otros cereales con gluten.

En aquellas casas en las que hay un celíaco, se recomienda eliminar las harinas de trigo y el pan rallado normal y utilizar en su lugar harinas y pan rallado sin gluten o copos de puré de patata para rebozar, albardar, empanar o espesar salsas. De esta forma, muchos de los alimentos que se preparen los puede tomar toda la familia, incluido el celíaco.

Hay que tener precaución con los alimentos importados. Un mismo fabricante puede emplear según las distintas normativas de los países, distintos ingredientes para un producto que se comercializa bajo la misma marca comercial.

Ante la duda de si un producto contiene gluten recomendamos que no se consuma.

La causa más frecuente de persistencia de los síntomas es la ingesta de gluten de manera inadvertida, por lo que debe reevaluar su lista de la compra. 

CLASIFICACIÓN DE LOS ALIMENTOS SEGÚN SU CONTENIDO EN GLUTEN

Alimentos que con seguridad contienen gluten:

–          Pan y harinas de trigo, cebada, centeno, triticale y probablemente avena.

–          Bollos, pasteles, tartas y demás productos de pastelería.

–          Galletas, bizcochos y productos de repostería.

–          Pastas italianas (fideos, macarrones, tallarines, etc.) y sémola de trigo.

–          Leches y bebidas malteadas.

–          Bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales: cerveza, whisky, agua de cebada, algunos licores…

–          Productos manufacturados en los que entre en su composición cualquiera de las harinas citadas y en cualquiera de sus formas: almidones, almidones modificados, féculas, harinas y proteínas.

Alimentos que pueden contener gluten, solamente permitidos previo informe del fabricante que no contienen gluten:

–          Embutidos: choped, mortadela, chorizo, morcilla, etc.

–          Quesos fundidos de sabores.

–          Patés diversos.

–          Conservas de carnes.

–          Conservas de pescados con distintas salsas.

–          Caramelos y gominolas.

–          Sucedáneos de café y otras bebidas de máquina.

–          Frutos secos tostados con sal.

–          Helados.

–          Sucedáneos de chocolate.

–          Colorante alimentario.

Alimentos que no contienen gluten:

–          Leche y derivados: quesos, requesón, nata, yogures naturales y de sabores y cuajada.

–          Todo tipo de carnes y vísceras frescas, congeladas y en conserva al natural, cecina, jamón serrano y cocido de calidad extra.

–          Pescados frescos y congelados sin rebozar, mariscos frescos y pescados y mariscos en conserva al natural o en aceite.

–          Huevos.

–          Verduras, hortalizas y tubérculos.

–          Frutas.

–          Arroz, maíz y tapioca así como sus derivados.

–          Todo tipo de legumbres.

–          Azúcar y miel.

–          Aceites, mantequillas.

–          Café en grano o molido, infusiones y refrescos.

–          Toda clase de vinos y bebidas espumosas.

–          Frutos secos naturales y fritos (con o sin sal).

–          Sal, vinagre de vino, especias en rama y grano y todas las naturales.

PRODUCTOS FARMACÉTICOS Y MEDICAMENTOS

Los productos farmacéuticos pueden utilizar gluten, harinas, almidones u otros derivados para la preparación de sus excipientes.

Con fecha 12 de Julio de 1989, existe una resolución de la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios (BOE núm. 179) que establece las normas para la declaración obligatoria de gluten presente como excipiente en el material de acondicionamiento de las especialidades farmacéuticas:

“Las especialidades farmacéuticas de uso humano en las que figure como excipiente gluten, harinas, almidones u otros derivados de los anteriores, que procedan de trigo, triticale, avena, cebada o centeno, deberán indicar en su material de acondicionamiento y en el epígrafe “composición” su presencia cuantitativamente.”

 

“Los prospectos de las especialidades afectadas deberán incluir la siguiente advertencia, además de las correspondientes a los principios activos que figuren en su composición…”

Esta resolución entró en vigor en el año 1991, de modo que los medicamentos fabricados en el año 1992 ya se ajustan a esta norma y mediante la lectura del prospecto puede saberse con certeza si contienen gluten o no. No obstante, en caso de duda, o para más aclaraciones, consulte con su médico o farmacéutico.