La hepatitis C es una enfermedad causada por la infección de un virus sobre el hígado causando una inflamación del mismo. Pero esto no significa que sea una enfermedad hepática exclusivamente, sino que se debe englobar dentro de las Enfermedades Sistémicas o que afectan a todo el organismo.

A continuación se ofrece información de interés sobre causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento de esta patología.

¿Qué es la Hepatitis C?

La hepatitis C es una enfermedad causada por la infección de un virus sobre el hígado causando una inflamación del mismo. Pero esto no significa que sea una enfermedad hepática exclusivamente, sino que se debe englobar dentro de las Enfermedades Sistémicas o que afectan a todo el organismo.

Está  causada por un virus que lleva el mismo nombre, Virus de la Hepatitis C (VHC). Este virus fue descubierto en 1989. Se trata de un virus RNA clasificado dentro del género Hepacivirus en la familia Flaviviridae. Existen descritos nueve genotipos o tipos diferentes de Virus de la Hepatitis C, así como múltiples subtipos, lo que nos muestra la variabilidad genética del mismo, lo que puede condicionar las diferentes respuestas a los tratamientos de los que disponemos.

El único reservorio o lugar donde vive el virus son los seres humanos infectados, no existe en otros animales o en el ambiente. Esto es muy importante para evitar su transmisión.

Es un problema sanitario global, porque tiene una distribución mundial.  Según los datos disponibles de la Organización Mundial de la Salud, se estima que a nivel mundial padecen esta infección 170 millones de personas (un 2.5% de la población mundial). En España, el 2% de la población padece esta infección. Anualmente se pueden atribuir a este problema unas 54.000 muertes, aunque se eleva a 308.000 casos cuando se incluyen las defunciones debidas a cáncer hepático y a un numero superior cuando incluimos las muertes por cirrosis y sus complicaciones.

Podemos distinguir dos tipos de infección la Aguda y la Crónica:

  • La Infección Aguda: este tipo suele ser asintomática y rara vez se asocia a una hepatitis fulminante, que es un cuadro potencialmente mortal. No se conoce con exactitud, pero se estima que aproximadamente un porcentaje del 15% de las personas infectadas, pueden eliminar el virus gracias a su sistema inmune sin necesidad de tratamiento.
  • Infección Crónica: es la forma habitual. Sus síntomas son leves o inexistentes hasta que se desarrollan estadios avanzados de la enfermedad como es la cirrosis y sus complicaciones. Se suele detectar cuando se realiza una analítica sanguínea y se detecta una alteración en los parámetros de función del hígado y se comienza a estudiar estas causas.

Como se indica al inicio del apartado, la infección por el Virus de la Hepatitis C  (VHC) debe considerarse una enfermedad sistémica. Muchas de ellas no se deben a la acción directa del virus sobre los órganos y sistemas que dejan de trabajar correctamente, no se conoce exactamente en muchas de ellas el mecanismo concreto, pero la hipótesis más difundida es que se deben a mecanismos inmunológicos que pone en marcha el virus. Dentro de esta manifestaciones tenemos:

  • Crioglobulinemia: es un trastorno en las inmunoglobulinas (proteínas defensivas), en las que estas proteinas a temperatura corporal normal precipitan (“se solidifican”) en el torrente sanguíneo, causando problemas de circulación como son las vasculitis. Esto puede causar desde lesiones en la piel, artralgias, mialgias, polineuropatía y problemas renales, entre otras.
  • Glomerulonefritis membranoproliferativa y la Nefropatía membranosa: son afectaciones del riñón secundarias a este virus.
  • Púrpura trombocitopénica: es una destrucción de las plaquetas que puede conducir a la aparición de fenómenos y complicaciones hemorrá
  • Diabetes mellitus: se ha observado que las personas que padecen la infección VHC tienen una prevalencia mayor de diabetes tipo 1 y 2 superior a la población general. No se conoce bien la causa, pero se propone que el virus directamente podría destruir las células pancreáticas que producen la insulina.
  • Enfermedades cardiovasculares: recientemente se ha establecido la relación entre el VHC y los fenómenos cardiacos isquémicos por afectación de las coronarias; así como los problemas circulatorios a nivel cerebral. Se ha observado que los pacientes con VHC tienen una mayor prevalencia de estos fenó Se están investigando los mecanismos implicados en su desarrollo.
  • Fibrosis pulmonar idiopática, Manifestaciones oculares, Escleroatrofia cutanea y el Síndrome antifosfolipido también se han relacionado con este virus.

¿Cuáles son las causas y mecanismos de transmisión de la Hepatitis C?

Como hemos indicado previamente, el único reservorio es el hombre. Este dato es muy importante para conocer los mecanismos de transmisión:

  • Transmisión parenteral: es la más frecuente. Se debe al contacto con la sangre. Se debe generalmente a:
    • Consumo de drogas intravenosas y compartir el material de inyecció
    • A través de tatuajes o piercing realizados con material no correctamente esterilizado.
    • En el medio sanitario (hospitales, dentistas, etc):
      • Debido a la esterilización inadecuada de material mé Esto es excepcional dados los controles a los que se someten los equipos. Las áreas más sensibles son la Unidades de Hemodiálisis
      • Transfusión sanguínea o de hemoderivados. Al igual que en el apartado anterior esto es algo extraordinario debido a los controles sobre estos productos.
      • Por pinchazo accidental en el personal sanitario por contacto con material proveniente de un enfermo.
    • Transmisión sexual: es poco frecuente. Aumenta el riesgo la coinfección con el VIH, padecer una enfermedad de transmisión sexual o mantener relaciones sexuales sin uso de preservativo con múltiples parejas. El riesgo de transmisión en relaciones monógamas heterosexuales es menor del 5%.
    • Transmisión madre-hijo o vertical: es poco frecuente. Su riesgo es menor del 5%, siendo más frecuentes en casos de madre coinfectada con el VIH.

 

Existe un porcentaje no despreciable de personas infectadas en las que se desconoce el mecanismo de infección. En estos casos se ha podido producir la misma por lo que se ha llamado Transmisión intrafamiliar parenteral, es decir por contacto no intencionado, con material que haya podido tener contacto con sangre de algunos de los convivientes infectados como el compartir cuchillas de afeitar, cepillos de dientes o cortaúñas.

No se ha descrito la transmisión del VHC por la lactancia materna, por dar un abrazo o compartir comida o bebida con una persona infectada.

 

 

Adobe_PDF_file_icon_32x32Concepto y causas Hepatitis C

Dr. Antonio M. Moreno García

Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo.

Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz)

Síntomas

La hepatitis aguda (inflamación aguda del hígado) generalmente es asintomática y puede pasar desapercibida. En ocasiones pueden existir síntomas de tipo malestar general o cansancio pero rara vez se producirá una pigmentación amarilla de piel y mucosas.

En el 80% de los casos la hepatitis aguda por virus C se cronifica, y al igual que sucede en la fase aguda, puede ser asintomática durante muchos años, siendo generalmente un diagnóstico casual. Los pacientes con infección crónica generalmente aquejan cansancio y síntomas de tipo depresivo y en algunos casos molestias leves en el lado derecho. En algunos casos los infectados de forma crónica con el virus C pueden presentar molestias articulares, musculares, síndrome seco, náuseas, falta de apetito y dificultad para concentrarse.

En fases avanzadas de la enfermedad, cuando se desarrolla una cirrosis hepática, aparecerán los síntomas y complicaciones relacionados con la cirrosis.

 

Adobe_PDF_file_icon_32x32Síntomas Hepatitis C

Dra. Cristina Carretero Ribón

Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo.

Clínica Universitaria de Navarra.

 Diagnóstico

Los anticuerpos contra el virus de la hepatitis C positivos en sangre indican que la persona ha estado en contacto con el virus en algún momento, pero no significa que tenga la infección. Este hecho es importante ya que la determinación de anticuerpos contra el virus de la hepatitis C forma parte de algunos estudios rutinarios y un resultado positivo puede llevar a confusión.

La prueba definitiva para determinar la presencia del virus seria la llamada reacción en cadena de la polimerasa del virus C tabien denominada PCR (Polymerase Chain Reaction ) según sus siglas inglesas. Esta prueba mide la cantidad de material genético del virus presente en el paciente. A esto se lo denomina carga viral y es una medida cuatitiva de presencia del virus. Ademas mediante esta prueba se puede determinar el subtipo de virus de la hepatitis C o genotipo. Una carga viral positiva según la prueba de PCR nos permite confirmar la infección.

Siempre se requiere confirmar la infección con la PCR, esto se debe a que entre el 15%-45% de las personas infectadas eliminan espontáneamente el virus sin tratamiento y aunque ya no estén infectadas seguirán teniendo los anticuerpos anti VHC positivos.

Además, para conocer grado de inflamación del hígado se solicitan enzimas hepáticas (ALT, AST), ecografía abdominal y fibroscan.

 

 

Adobe_PDF_file_icon_32x32Diagnóstico Hepatitis C

Dra. Mileidis Sanjuan Acosta

Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo.

Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, Tenerife.

Tratamiento de la Hepatitis C

Desde el año 2014 el tratamiento de la hepatitis C en España ha dado un giro radical. La aparición de fármacos de administración oral muy potentes para conseguir la eliminación del virus de la hepatitis C y además con una tolerancia muy buena, sin apenas efectos secundarios, está consiguiendo la curación de un gran número de pacientes infectados por el virus. Aunque en un principio y dado el exorbitado precio de estos fármacos, se priorizó el tratamiento para aquellos pacientes en peor situación clínica, aquellos con grados de fibrosis (o daño hepático) más avanzado, las relaciones colaborativas entre el gobierno y las empresas farmacéuticas han ido consiguiendo reducir el precio y que la disponibilidad de estos medicamentos para el tratamiento del virus C sea universal en nuestro país, de manera que cualquier persona con infección activa por el virus C puede acceder a un tratamiento corto, sin efectos secundarios y que prácticamente le asegura al 100% su curación. En los países de nuestro entorno, esta facilidad para el uso de estos fármacos resulta envidiable.

Actualmente se disponen en nuestro país de varios medicamentos orales que han de administrarse en combinación para conseguir altas tasas de curación, aunque desde hace algo más de un año la mayoría de las personas infectadas son tratadas con las últimas combinaciones disponibles que son eficaces para cualquiera de los genotipos (o tipos) de virus C: la combinación de glecaprevir y pibrentasvir, la combinación de sofosbuvir y velpatasvir y por último la combinación de voxilaprevir, sofosbuvir y velpatasvir; indicado en los pocos en los que ha fracasado alguna de las combinaciones orales que se usan desde 2014. El uso de las inyecciones de interferón ya ha caído en el olvido y el uso de la ribavirina, medicamento oral utilizado previamente en combinación con el interferón, es ya casi anecdótico, aunque puede ser necesario combinado con los medicamentos orales ya descritos en algunas circunstancias muy especiales.

Todos estos medicamentos han conseguido tasas de curación muy cercanas al 100%, con excelente tolerabilidad, y con una duración media del tratamiento de 2 o 3 meses, según la combinación utilizada.

Actualmente cuando un paciente infectado por el virus de la hepatitis C es derivado a su especialista, este le solicitará una analítica completa en la que suele solicitarse entre otras pruebas de función hepática, la carga viral (para saber cuánto virus hay en la sangre), el tipo de virus (llamado genotipo, si bien esta determinación puede dejar de solicitarse al tener fármacos eficaces con independencia del genotipo), pruebas de imagen como la ecografía del hígado y un test similar a la ecografía llamado FibroScan que mide la dureza del hígado. Con todos estos datos será posible saber cuál es la situación del hígado del paciente e iniciar el tratamiento de la infección.

En la actualidad, el gran reto del tratamiento es buscar a aquellas personas que estando infectadas por el virus no lo saben, lo que se conoce como “cribado” para poder ofrecerles el tratamiento y evitar con la curación, el desarrollo o progresión del daño hepático y sus complicaciones. El otro gran objetivo es el tratamiento de grupos especiales, como son los infectados que están ingresados en prisiones o aquellos que tienen un seguimiento en centros de deshabituación, cuyo acceso al sistema sanitario que pueda ofrecer el tratamiento es más difícil, aunque ya se están implantando diferentes estrategias en este sentido con excelentes resultados.

Por todo ello, es muy probable que en pocos años se pueda conseguir eliminar en España la infección crónica por el virus de la hepatitis C.

 

Adobe_PDF_file_icon_32x32Tratamiento Hepatitis C

Dr. José Miguel Rosales Zábal

Especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo.

Hospital Costa del Sol, Marbella (Málaga).